La financiación de contratistas es un programa de préstamos en el que ambas partes salen ganando. pequeñas empresas como para organismos con grandes proyectos que completar. Facilita a los organismos públicos y privados la búsqueda, contratación y pago de pequeñas empresas locales. Y el capital de movilización que proporciona tiene un gran impacto en los contratistas menos establecidos que a menudo luchan por competir con empresas más grandes.
La financiación de contratistas crea oportunidades para las pequeñas empresas desatendidas
La Ley de Inversión en Infraestructuras y Empleo añadió recientemente 550.000 millones de dólares al gasto público en infraestructuras. Esos fondos ya han empezado a financiar proyectos de construcción en todo el país, lo que ha aumentado las oportunidades para las pequeñas empresas y los contratistas locales. Además de las agencias gubernamentales, las organizaciones privadas están tratando de apoyar a las empresas propiedad de minorías y mujeres (MWBE, por sus siglas en inglés) más desatendidas a la hora de planificar sus proyectos.
En los dos últimos años hemos asistido a una oleada de apertura de nuevas empresas, un número récord de las cuales son contratistas propiedad de minorías y mujeres. Estas comunidades han carecido históricamente de acceso al capital que necesitan para crecer.
Los pequeños contratistas apoyan a sus comunidades locales con puestos de trabajo, salarios justos y prestaciones. Su papel es esencial, pero cuando se trata de conseguir contratos para grandes proyectos en sus barrios, la falta de capital de movilización es una barrera a las oportunidades. Para ampliar, contratar personal, comprar suministros y adquirir o alquilar equipos, se necesitan fondos para empezar el trabajo antes de que llegue el primer pago.
Si se entera de cómo funciona la financiación de contratistas, verá que beneficia a las empresas locales desatendidas al facilitar a la agencia la contratación y el pago de sus servicios.
La financiación de contratistas mejora el sistema de contratación pública
Tras la Gran Resignación, los organismos públicos y privados que quieren apoyar a las pequeñas empresas desatendidas están dando prioridad a la diversidad en la contratación. Pero la contratación de pequeños contratistas debe hacerse de forma responsable, pues de lo contrario tanto el organismo como la pequeña empresa corren grandes riesgos.
- La agencia no dispone de las herramientas necesarias para investigar a los licitadores y encontrar candidatos pequeños pero cualificados. Si no pueden elegir con conocimiento de causa, corren el riesgo de que el trabajo sea deficiente o de que se produzcan retrasos.
- Las empresas más pequeñas pueden carecer de la capacidad de facturación adecuada. Y cuando se presentan las facturas, los procesos de aprobación en la agencia suelen ralentizar el pago, con el riesgo de retrasos de semanas o meses antes de que el contratista tenga ingresos.
Para superar estos retos, un prestamista se une a la relación entre la agencia y el contratista.
El prestamista, o la fuente de financiación, ayuda a la agencia a preevaluar a los licitadores utilizando las herramientas de análisis de riesgo que utiliza para los préstamos. Los contratistas cualificados reciben entonces la preaprobación de un porcentaje del valor del contrato, que les proporcionará el capital que necesitan para movilizarse. Ahora, el contratista no tiene que pagar por adelantado todo lo que necesita para empezar.
El proceso exacto varía según el proyecto y la agencia, pero en términos sencillos, el prestamista cobra cuando la agencia paga al contratista, evitando la facturación en las primeras fases del proyecto. Lo mejor es que ahora la pequeña empresa tiene la base que necesita para alcanzar el siguiente nivel en su trayectoria empresarial.